viernes, 30 de enero de 2015

Juguetes sexuales, porque de adulto también hay que jugar

Bienvenidos a este manifiesto en favor de los juguetes sexuales. Espero convencer a los cuatro descarriados que me quedan por ahí y animarles, como poco, a perder la vergüenza para adquirir alguno.

Foto de Colores Mari. Foto de un escaparate de sex shop
Foto de Colores Mari. (CC BY-SA 2.0)
Repetid a modo de mantra: los juguetes sexuales son nuestros amigos, su única misión es darnos placer. NO es el sustituto de nadie, es SÓLO un complemento para aumentar el placer.

No, no me he vuelto loca, pero es que a muchos se les olvida que un juguete es eso, un juguete, algo con lo que uno se divierte, y si le añadimos lo de sexual, pues simplemente obtenemos un objeto cuya función es que nos divertamos más en el sexo, ya sea en pareja o practicándolo con uno mismo. Pero es que además de ser divertido, también pueden tener su función terapeútica, como las bolas chinas, que sirven para fortalezar el suelo pélvico, por ejemplo.

Muchos piensan que esto de los juguetes es sólo para mujeres, pero es un error. Si bien es cierto que el abanico de posibilidades para la mujer es enorme, para el hombre también hay un amplio mercado que va creciendo poco a poco, día a día. Cuando se habla de este tipo de productos, ya no hay que limitarse, ni imaginarse a la típica muñeca hinchable de despedida de soltero. Existen masturbadores con forma de boca o de vagina, complementos para el pene como los anillos para potenciar la erección, una amplia gama de juguetes anales...

Pero recordad que este entretenimiento no es necesario disfrutarlo en solitario, también es para uso y disfrute de la pareja, por ello hay juegos para parejas, juegos de cartas... Estos juegos dan un punto extra a la relación, es como darle un valor añadido, porque seamos sinceros, por mucho que te guste el chuletón/pescado al horno, por poner un símil culinario, de vez en cuando te puede apetecer añadir una salsa especial, por probar, y eso no significa que ya no te guste, simplemente es que quieres darle otro toque, degustarlo de una manera diferente. Pues esto es igual, que tu pareja compre uno de estos juegos, no significa que lo vuestro esté acabado o que te quiera lanzar algún tipo de indirecta, lo único que quiere, es potenciar más lo vuestro.

Hay que quitarse de encima todos esos miedos que hay con estos objetos. Utilizarlos no es de ser un depravado, ni se está sustituyendo a nadie. Usarlos es alimentar una relación, añadirle un poco de chispa a la pareja o relajarse un rato uno solo. ¿Es eso malo? ¿Eso es reprochable? No, ¿verdad?

Tengo la sensación de que hay un poco de doble rasero con todo esto, porque mientras que está bien visto o no provoca tanta sonroja comprar un conjuntito íntimo para la pareja, la idea de comprar un vibrador o un juego de pareja, provoca, en esa misma persona un rechazo absoluto. Bueno, pues a ti, que piensas de esta manera, tengo que decirte una cosa, pero antes siéntate y agárrate fuerte, porque lo que te voy a decir te va a dejar helado, voy, ¡eh! La ropa interior también forma parte de estos juguetes. ¿No? ¡Claro que no hombre! porque todos sabemos que estas prendas se regalan para que se las ponga una cuando salga con sus amigos o para que vaya más cómoda al gimnasio y no con la idea calenturienta de esperar un pase de modelos íntimo y lo que surja, ¿verdad? En dos palabras: jaque mate.

Bueno, si finalmente os he conseguido convencer para animaros a usar estos juguetes, nos leeremos por aquí para ir descubriéndolos juntos, poco a poco, en mayor profundidad como ya hicimos con el klic-klic.

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